A escasas 48 horas de torear en la Feria de Otoño de Las Ventas, conocemos las sensaciones previas de Víctor Hernández. El madrileño regresa a la plaza más importante del mundo en un cartel de relumbrón junto a Paco Ureña y Roca Rey, como premio tras alzarse triunfador de la cuarta edición de la Copa Chenel, promovida por la Fundación Toro de Lidia y la Comunidad de Madrid.
El de Santos de la Humosa, llega a la gran cita “con mucha ilusión y mucha responsabilidad”, pero sobre todo “con ganas de sacar todas esas cosas que llevo dentro”. Vuelve a Las Ventas tras su confirmación de alternativa en la pasada Feria de San Isidro. El domingo 6 de octubre se ha convertido en una cita muy significativa y esperada para el ganador de la Copa Chenel y algo tiene muy claro: “la entrega que merece Madrid es innegociable”.
El paso de Víctor Hernández por la Copa Chenel no ha sido en vano. Atesora en sus espaldas un total de siete orejas y tres puertas grandes, liderando en todas las fases la clasificación. Lo resume así el madrileño: “fueron cinco tardes muy importantes, que me ayudaron a ir evolucionando y aprendiendo día a día”. Un camino largo hasta llegar a la gran final celebrada en Móstoles, donde “hubo cosas muy buenas y todavía recuerdo con mucha nostalgia”.
Al principio no pensó en ser el ganador, “lo veía muy lejano”, confiesa, aunque “según pasaron las fases se me hizo muy rápido hasta llegar a la final y fue un sueño hecho realidad”. Este certamen “me ha servido mucho, pero sobre todo para que los profesionales me tengan en cuenta”, reconoce.
El camino lo inició en Torres de la Alameda, donde cortó dos orejas y salió a hombros. Se clasificó a la Segunda Fase y en Valdemoro, volvió a cortar dos apéndices. Esa tarde, la rivalidad se palpó más que nunca, aunque no fue la única. “La competitividad de la Copa Chenel es lo que te hace no perder nunca la esperanza y siempre seguir hasta el final”, admite Víctor Hernández.
En semifinales, en Valdetorres de Jarama, cortó un único trofeo, y en la final a tres, en Móstoles, se fue de vacío, pero consiguió el pase a la Gran Final del día siguiente, en la que acabó sonando su nombre como triunfador. Al recordarlo, se le ponen los vellos de punta, porque “me siento muy orgulloso de ser el triunfador de la Copa Chenel 2024”.
De los 21 participantes, solo dos se vieron las caras en la gran final. La amistad y la rivalidad estuvieron presentes aquella tarde. “Con algunos toreros me he visto más las caras, como en el caso de Molina, que, además, este certamen ha afianzado nuestra amistad, aunque aprendes que, por encima de esa amistad, sale el toro y uno tiene que entregarse porque es lo que la gente quiere ver”, confiesa.
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