martes, 29 de marzo de 2022

 

José María Manzanares, tres orejas y puerta grande en Castellón



Castellón volvió a ser testigo de la grandeza de José María Manzanares.

Manzanares cortó una oreja a su primer toro al que toreó con el capote lo más despacio que el viento le dejó. El de Jandilla tenía virtudes que el diestro de Alicante supo potenciar al máximo. La música comenzó a tocar en los primeros compases de la faena y el público vibraba con la ligazón a cámara lenta que tenían las tandas. Con la suavidad de la pureza, José María Manzanares toreó con la izquierda. Una delicia que la presidencia premió con un trofeo de gran peso.



José María Manzanares lidió con sapiencia al quinto de la tarde, que no quería parar. Mucho más áspero fue el de Vegahermosa al que Manzanares suavizó a base de templar su embestida. Una tanda superaba al anterior en pureza, profundidad y cada muletazo más lento al anterior. Fue creando una obra excelsa que culminó con una tremenda estocada y paseó, como no pudo ser de otro modo, las dos orejas.Fotografías: Sara de la Fuente









sábado, 19 de marzo de 2022

 ARNEDO (LA RIOJA)


Solo faltó Curro


sábado 19 marzo, 2022

Morante selló el toreo eterno, Diego Urdiales cuajó una faena primorosa a su primero y Juan Ortega destapó el tarro de las esencia en una corrida con tres buenos toros de Jandilla: sólo faltó Curro Romero.

Morante Arnedo
Morante, Urdiales y Ortega a hombros en Arnedo. © Jokin Niño
Arnedo vivía, este 19 de marzo, el festejo del Día de San José, en el que Morante de la PueblaDiego Urdiales y Juan Ortega trenzaban el paseíllo en la primera de su abono para lidiar un encierro de Jandilla y Vegahermosa. A las cinco y media arrancaba el paseíllo.

Morante saluda ovación tras petición tras dejar geniales perlas con el primero de Jandilla

Morante 33

Saludos desde el tercio tras petición de oreja no concedida por el palco para Morante ante un noble pero flojo primero de Jandilla, de nombre “Rugidor”, número 61. Lo saludó con un templado ramillete de verónicas abrochado por una garbosa media. La faena la comenzó por ayudados y, tras ello, toreó primorosamente a diestras; por el lado zurdo, el animal no se dejó. Morante lo intentó y lo mató de una buena estocada arriba, con el resultado de petición de oreja no concedida por la presidencia.

Diego Urdiales, faena de maestro al segundo, al que desoreja

Diego Urdiales 1

Dos orejas para Diego Urdiales con el segundo toro de Jandilla, al que dejó un sensacional inicio capotero, hundiendo el mentón en el pecho a la verónica y llevando toreado con la seda al animal; abrochó ese prólogo con dos sensacionales medias. Dejó momentos de sumo interés con la diestra, toreando en redondo y aprovechando las virtudes del de Jandilla. También al natural sacó el poso veterano de quien es un torero de culto. Estocada arriba y dos orejas.

El excelso y templado trazo de Juan Ortega desoreja al tercero

Juan Ortega 9

Dos orejas paseó Juan Ortega en el tercero, un animal con la virtud de la movilidad y la humillación que ya vio cómo le meció el capote con supremo temple el sevillano Juan Ortega a la verónica, en alguna de ellas parando el tiempo por su parsimonia y su excelsa forma de trazar. Dejó dos medias. La faena fue de menos a más, ante un animal que parecía que no iba a tener un comportamiento in crescendo. Toreó primorosamente por ambos lados, dando un recital también de toreo al natural. Tras despacharlo de una estocada, paseó el doble premio.

Morante la forma en el cuarto: tres cambiadas, banderillas, voltereta, toreo excelso… y dos orejas

Morante Arnedo

Y Morante la formó en el cuarto en el cuarto de Jandilla, un toro al que saludó con tres cambiadas de rodillas, al que puso banderillas, con el que incluso fue volteado y con el que selló un toreo excelso para pasearle las dos orejas. Sensacional obra del torero cigarrero, que salió a Arnedo a sellar el gran compromiso que tiene en su temporada. Sorprendió recibiendo al animal con tres largas en el tercio para luego enjaretarle verónicas de bello trazo y dos medias de cartel. Y cogió los palos y dejó tres pares de banderillas, el último de ellos al quiebro. Tras ello, muleta en mano, quiso rubricar ese compromiso en series por ambos lados de toreo eterno e incluso arrebatado. Antes, inició la faena con el cartucho de pescao. En el final de obra se echó hasta de hinojos, una entrega que le costó hasta casi una voltereta que finalmente no llegó a ser percance por fortuna. Mató de un pinchazo en todo lo alto y una estocada y el público pidió un doble premio que fue concedido por el palco.

Palmas para Urdiales tras despachar al deslucido quinto

Urdiales 2

Palmas para Diego Urdiales en el quinto, un animal de Jandilla pitado en el arrastre ya que desde el principio no dio opciones al diestro. Lo intentó por ambos lados, pero no pudo sacar agua del pozo seco de bravura del animal. Lo mató de pinchazo y estocada.

Ortega, tan sólo detalles ante otro deslucido sexto

Ortega 2

Palmas también para Juan Ortega en el sexto, un toro de Jandilla que no le sirvió para hacer su toreo. Lo intentó por ambos lados, sonsacando algún compás de calidad, pero no obtuvo lucimiento. Lo mató de media estocada y dos descabellos.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Arnedo, La Rioja. Primera de la Feria de San José. Corrida de toros. Lleno.

Toros de Jandilla.

Morante de la Puebla, ovación y dos orejas.

Diego Urdiales, dos orejas y palmas.

Juan Ortega, dos orejas y palmas.

 ROCA REY PASEA LA UNICA OREJA DE LA TARDE.-


FOTOGALERÍA: J J DIAGO


Quién dijo que la fiesta más grande e importante del mundo estaba inerte o  muerta, se equivocó de punta a rabo. 

Viernes 18, a plaza llena se ha celebrado la quinta corrida de la Feria de Fallas de Valencia,  con un cartel de toros y toreros de lo mejorcito del campo y del escalafón de matadores.

Se han lidiado cuatro toros de la ganadería de Victoriano del Río y dos más del hierro de Cortes, de buena presentación, para una terna compuesta por los diestros Diego Urdiales, José María Manzanares y Andrés Roca Rey, que fue el más favorecido de los tres, al corresponderle un toro (tercero de la tarde), bravo, pronto y con fijeza. A este toro de salida, lo había llevado el torero peruano lance a  lance  hasta centro de la plaza. Luego quitó por chicuelinas de manos bajas muy ceñidas. Con la muleta en la diestra lo llevó largo en dos tandas de pases limpios y acompasados. A pesar del molesto viento, cambió de mano y con la zurda le indilgó al bravo y noble animal, un par de series de espléndidos naturales que hicieron sonar las palmas y la música a la vez. No faltaron los cambios por la espalda ni tampoco los cambios de mano. En resumen: faena intensa y bien equilibrada a un estupendo toro de Cortes.  A la hora de matar dejó una estocada tendida, algo suelta, que fue escupida por el toro. Tuvo que usar el descabello tres veces y recibió una oreja, que pudieron haber sido las dos. 

 El sexto y último toro de la corrida con buenas hechuras para embestir resultó estar completamente vacío de casta y bravura.  El diestro de Lima deseoso de abrir la Puerta Grande se la jugó a una carta dispuesto a todo. Después de brindar al público enterró sus dos rodillas en la arena,  e inició su faena presentando la muleta a un toro que iba y venía a su aire hasta que pudo ligarle algunos muletazos. La labor del diestro ante este toro  desabrido y con tan poca sustancia, optó por el arrimón antes de dejarle una buena estocada, algo traserilla que acabó con la vida del animal. Hubo insistente petición de oreja pero el presidente entendió que no había  suficientes almohadillas blancas para concederla. De haberla otorgado facultaba a Roca Rey salir a hombros por la Puerta Grande del coso de calle Játiva.


Manzanares, segundo alternante por orden de antiguedad, es un torero al que es imposible negarle su innata torería.  Su primer toro tuvo la mala fortuna de dar hasta tres "costalazos" casi seguidos antes de llegar a sus dominios por lo que la faena fue un toma y daca sin resultados positivos.

El quinto toro, segundo de su lote fue el de más clase de la corrida. Lo recibió con verónicas lentas y buen compás. El inicio de faena fue esperanzador empleando tandas cortas para afianzar al burel. Hubo remates extraordinarios y fabulosos pases de pecho y no digamos los cambios de mano marca de la casa. Pero el fallo estuvo en el manejo de la espada. Quiso matar "recibiendo",  faceta que maneja con cierta eficacia pero salieron bastos. Fue muy aplaudido al retirarse al callejón.


Diego Urdiales, tuvo que apechugar con el peor lote de la corrida, y por consiguiente, nada podemos destacar de su actuación. El de Arnedo ante tal dificultad no pudo exhibir su toreo serio, hondo y poderoso frente a dos toros faltos de la más mínima casta y bravura.  Al intentar salir de la suerte del cuarto toro de la tarde, sufrió una feísima voltereta resultando ileso.
Mañana  sábado 19 (día del Padre), fiesta Mayor en Valencia se lidiarán toros del hierro de Gracigrande, para Julián López "El Juli",  José María Manzanares y Emilio de Justo.

• DIEGO URDIALES, ovación y ovación.

• JOSÉ MARÍA MANZANARES, ovación tras aviso y ovación tras aviso.

• ROCA REY, oreja y ovación tras dos avisos.

Incidencias: Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Paco Ferri, asesor de la plaza de toros de Valencia. En banderillas, se desmonteró Daniel Duarte en el 2º. En el 3º, hizo lo propio Antonio Chacón.

Saludos.
Antonio Rodríguez Salido.-

viernes, 18 de marzo de 2022

 BRILLANTE ACTUACIÓN DE PABLO AGUADO EN VALENCIA.

¡Alabí, alabá, alabín  bom bá! ¡Aguado! y nadie más. Este sería el cántico deportivo, de los viejos tiempos, de Pepe "El Hincha", que habría que dedicarle al sevillano Pablo Aguado, por su excelente actuación en la corrida de hoy jueves en Valencia. 

En tarde  lluviosa al borde de la suspensión y que tras reunión de la terna actuante con las autoridades competentes se llegó al acuerdo de  tirar pa'lante, con 30 minutos de retraso de la hora anunciada. 

Finalizado el paseíllo el público obligó a salir a saludar a los tres  matadores en agradecimiento por  celebrar la corrida a pesar de las desfavorables condiciones climatológicas. 

Se lidiaron una bien presentada corrida de toros de Juan Pedro Domecq que resultaron deslucidos, faltos de raza y de transmisión, excepto el último que tuvo más ritmo y recorrido.



José Antonio Morante tuvo dos toros a 'contra estilo'. En su primero brilló con el capote y tras el arrastre del burel el público silenció su labor. En el cuarto tras inventarse una faena, el palco le envió dos avisos. No obstante el público premió su esfuerzo con una fuerte ovación.



Juan Ortega obtuvo silencio en ambos toros. Solo le tenemos anotado una serie de verónicas con mucho garbo y hondura a su primero. Y en su segundo, un manso de libro, nada destacable pudo hacer. Mató de bajonazo y el respetable le ignoró.



Pablo Aguado,  a un toro rajado y deslucido, lo toreó a la verónica ganándole terreno a cada lance. Falto de fijeza y entrega, su labor muleteril resultó poco brillante.

En el sexto toro,  que dio en báscula un peso (600 kg), se estiró con garbo en el capote en unas lentas y excelentes verónicas. Con la muleta comenzó su labor a media altura, construyendo una faena llena de cadencia y naturalidad, con mucho ritmo y armonía aprovechando la nobleza y profundidad del toro. Hubo suavidad y relajo en la faena, sobre todo en los remates de tricherillas y molinetes muy ajustados. A la hora de hacer uso de la espada se volcó sobre el morrillo, cobrando una estocada perpendicular y algo caída. El público pidió la oreja y el presidente la concedió.

Mañana se lidiaran toros de Victoriano del Río para  Diego Urdiales, José María Manzanares y Andrés Roca Rey.

Saludos.

Antonio Rodríguez Salido.-

martes, 8 de marzo de 2022

 Juli, pese a la descastada corrida de Zalduendo


Juli, pese a la descastada corrida de Zalduendo

Un poderoso Juli malogra con la tizona la faena más relevante en un festejo condicionado por el manso comportamiento de los toros. Se colgó el ‘No hay billetes’

 

Olivenza inauguró con un lleno de «no hay billetes» las corridas de toros del circuito de las ferias. El resultado en la taquilla de Valdemorillo y de esas placitas de Andalucía que ya han dado festejos, los carteles de Sevilla, las especulaciones de Madrid y el ambientazo que acogió este sábado la plaza de toros pacense colma de esperanza esta nueva temporada 2022. La terna saludó una fortísima ovación al concluir el paseíllo.

Las 25 primaveras de Morante como matador de toros van a estar llenas de compromisos por toda la geografía española. El doblete de Olivenza estuvo condicionado por un lote a contraestilo.  El que abrió la tarde, de Zalduendo -montadito siempre-, echó las manos por delante de salida. El cigarrero trató de encelarlo pero la condición desentendida se evidenció en el tercio de varas. El caballo de reserva, en la querencia, tuvo que intervenir. El Lili no pudo ordenar una lidia ingobernable por la falta de fijeza. Morante abrevió con buen criterio y lo despenó con una estocada habilidosa, tras pasarlo sin lograr sujetarlo.

Ya de salida se protestó el cuarto, aunque su presencia tampoco es que fuera muy inferior a la de sus hermanos. Lo que no pudo disimular fue la falta de fuerza, ya que perdió en varias ocasiones las manos. La crispación fue creciendo hasta que asomó el pañuelo del color de las vueltas del capote de Morante, es decir, verde. Morante -como director de lidia- consiguió con su capote desde el callejón meterlo por chiqueros. El sobrero -del mismo hierro- tampoco le permitió lucimiento. Mucha disposición del genio de la Puebla, que no lo pudo torear como quería porque se quedaba por debajo. Recibió dos puyazos, uno en cada caballo, pero pese a ello, apostó por el toro en la muleta y se lo sacó a los medios. La sosa embestida no aburrió a Morante, que lo intentó por activa y por pasiva. Desde arriba al principio, más arrebatado después. Siempre en torero. La ovación compensó el esfuerzo.

Tras triunfar como ganadero 24 horas antes sobre el mismo albero, El Juli recibió con su habitual superioridad al segundo. El castañito, tocado arriba de pitones, se dejó en los primeros compases tanto en el saludo como en el quite por chicuelinas. Ya en la muleta, esa nobleza fue un punto descompuesta tras el embroque. Juli aplicó su ciencia y su paciencia para limpiarle los muletazos por ambos pitones. En un momento dado la banda dejó de sonar, pero una mirada fulminante de la figura madrileña les invitó a proseguir. En el tramo final de la faena, El Juli le exigió más al toro, terminando muy cerca de él para rematar con algunos circulares y unas ceñidas luquesinas. Consiguió la primera y, a la postre, última oreja de la tarde.

Completamente decidido recibió El Juli al quinto. Un magnífico saludo con lances que se convirtieron en delantales hasta un inoportuno volatín del animal en el remate al clavar los pitones en el albero pacense. Barroso le recetó un soberbio puyazo. El toro desplegó el poder que le había faltado a sus hermanos, resultó exigente e informal en sus embestidas pero tuvo algo hasta entonces ausente durante toda la tarde: la raza. El Juli se fajó con él de principio a fin, muy poderoso. Protestó el toro en los tercios finales, llegándole a poner los pitones en el pecho en un estremecedor brinco. No se amilanó El Juli, que con redondos volvió a llevarlo y traerlo por donde quiso hasta dejarlo completamente dominado. La espada no puso el broche esperado a su comprometida -e inteligente- actuación.

Una presencia más cuajada tuvo el tercero. Emilio de Justo, que en un mes se encontrará con la afición de Madrid el Domingo de Ramos para su gesto en solitario, lo recibió genuflexo. En banderillas saludó Manuel Gómez tras asomarse al balcón en sus dos turnos. De Justo se impuso con unos primeros muletazos doblándose y, sobre todo, tragando con firmeza las ocasiones en las que le midió el toro. Con la derecha rompió el toro con buen son, a lo que respondió el torero con temple. En cuanto se sintió podido cantó la gallina. Una vez rajado, el extremeño lo cambió de terrenos con insistencia. Se extendió en demasía al final, tratando de sacar faena donde ya no había. La huida constante del oponente deslució la labor. Se empeñó en matarlo en la suerte natural pese a la evidente mansedumbre de su oponente, por lo que hasta el tercer intento no logró enterrar el acero. Saludó una rotunda ovación.

El sexto, que se había pegado dos tremendas volteretas, perdió las manos al llegar al peto, por lo que fue devuelto. El sobrero tampoco hizo honor a su ganadero, Alberto Baillères, que falleció hace un mes, por lo que los toros lucieron la divisa negra. Otro manso de libro que fue el mejor estoqueado de la tarde por Emilio de Justo, que porfió aun a sabiendas de que el pozo estaba seco y terminó doblándose con torería.

RESEÑA

Sábado 5 de marzo de 2022. Plaza de toros de Olivenza (Badajoz). Tercera de feria. Toros de Zalduendo, justitos de presentación y de escaso juego. A excepción del 5º, humillador y exigente aunque carente de ritmo. El 4º y el 6º fueron devueltos.

Morante de la Puebla, de chocolate y oro. Estocada habilidosa (palmas). En el cuarto, metisaca, estocada caída y descabello (saludos).

El Juli, de catafalco y oro. Estocada corta (oreja). En el quinto, dos pinchazos, estocada y descabello (saludos).

Emilio de Justo, de azul pavo y oro. Dos pinchazos y estocada (saludos). En el sexto, gran estocada (palmas de despedida).

Incidencias: Lleno de «no hay billetes». Los toros de Zalduendo lucieron la divisa negra en homenaje a Alberto Baillères. La terna tuvo que salir a saludar tras el paseíllo. Manuel Gómez saludó en el segundo toro de la tarde.


Indulto y toreo grande de Ferrera en Olivenza

El extremeño cuaja una gran mañana de toreo con una importante corrida de Victorino Martín que no se queda atrás en el acontecimiento

 

Cuando Antonio Ferrera cruzó el ruedo de Olivenza ya sabía que la celebración de sus bodas de plata venía cargado de responsabilidad y de compromiso. Cuando empezaron las palmas en agradecimiento a su gesto, sus compañeros desde el tendido se pusieron en pie reconociéndole: Espartaco, José Luis Moreno, El Juli, Manuel Escribano -tomando notas para su gesto con Miura en Sevilla-, Miguel Ángel Perera y El Capea (al menos son los que yo divisé). La ovación se extendió mientras Ferrera invitaba a su extensa cuadrilla a salir a recogerla.

El vestido blanco era el de la exitosa encerrona de Las Ventas en 2019. De aquella tarde a esta mañana ha habido otras tres tardes de seis toros una en Badajoz con una corrida de Zalduendo con la presencia de Bilbao en 2020 y las otras de Adolfo Martín en Mont de Marsan y en la última Feria de Otoño, esta justo de cuestionable resultado (con la polémica del intento fallido por querer estoquear un octavo toro tras conseguir la oreja del séptimo).

En el momento en el que apareció por chiqueros el quinto toro ya se habían consumido las dos primeras horas del festejo. Las palmas premiaron su impecable presencia. Muy de la casa: hocico de rata, cornidelantero, un pelín engatillado, serio y cuajado. José María González Borrella le pegó un puyazo en toda la yema echándole el palo de largo. Le brindó la faena a Jacinto Ortiz, dueño de la plaza que debió quedarse tapaito en el callejón para recibir el brindis en lugar de pisar el albero sagrado, reservado a los matadores. Ferrera apostó por el toro, le dio distancia y desde los medios cuajó una faena memorable. El toro fue franco desde el principio y lo cuajó a placer. Por los dos pitones, no se cansaba de embestir el victorino que repetía buscando los vuelos de la muleta. El extremeño lo entendió en todo momento. Tiró el estoque mediada la faena para torearlo con la mano derecha con los vuelos. Logró llevarlo largo, yéndose detrás de la embestida, acariciando y exigiendo en los mismos muletazos. Terminó con circulares en los que la clase, ya más templada que al principio no dejó lugar a dudas. La pañolada propició el indulto.

En el primer toro marcó la tónica de lo buscado durante la corrida. Tras recibirlo con buena actitud y haciendo las cosas para que rompiera el serio primero de Victorino Martín -abierto de cara-, lo puso lejos en el primer puyazo. Fue andando hasta mediado el anillo donde metió una marcha más: le pagaron un largo y duro puyazo. Repitió la operación pero en esta ocasión no se arrancó, el caballo (único en el ruedo por petición de Ferrera) se movió hacia chiqueros y allí sí que fue. Ferreira (subalterno) se asomó al balcón y saludó una fuerte ovación tras parearlo. El extremeño estructuró bien la faena, aprovechando el mejor pitón que fue el izquierdo por donde tuvo un ritmo especial. Por el derecho se fajó buscándole las vueltas a esa falta de recorrido y humillación por ese pitón. Al volver a la izquierda firmó magníficos naturales. La estocada precedió a la primera oreja de la mañana.

El cinqueño que hizo segundo tampoco tuvo mala pasta. Tras los lances a pues juntos del saludo se frenó tras pelear en el caballo. Hizo hilo en la brega de José Chacón y marcó cierta querencia. Tuvo nobleza como gran virtud y falta de acometividad en algunos momentos. Ferrera lo trajinó con inteligencia. La espada le privó del triunfo.

Un runrún recorrió los tendidos cuando apareció el tercero, astifino con la cara colocada. Digno heredero de hechuras y expresión de su padre: Cobradiezmos. Una pintura. Humilló sin terminar de desplazarse en el saludo capotero. Se arrancó al caballo de punta a punta y desde los medios la segunda vez. Arrancádose con buen son. La humillación tras el tercio de varas no tuvo la continuidad esperada. En la muleta marcó rápidamente que el pitón era el derecho, mientras por el izquierdo se quedaba corto. Fue costoso para estar delante, Ferrera no renunció a echársela delante y traérselo cosido. Cuando no aplicó esta fórmula se le quedó debajo, haciendo la uve, sin pasar. La estocada contraria llegó tras el pinchazo y paseó la segunda oreja de la mañana.

Hizo un esfuerzo con el sobrero que se corrió como cuarto bis. En el capote apuntó buena clase un punto falto de humillación. Sólo le dieron un puyazo. Fue un toro de apostarle y de atacarle porque si no se guardaba. Eso sí, cuando se le exigió dio lo que tuvo. La faena de Ferrera tuvo tres diferenciadas etapas, una inicial de acople que duró lo suyo, una segunda de entrar y salir en cada muletazo animando con su trajín a embestir y una última donde de verdad templó -de uno en uno- la embestida a media altura que se convirtió en pastueña como consecuencia de su actitud.

Durante la corrida, larga por los extensos tercios de varas y por el sobrero rebelde, me acordé de aquellos comentarios de Molés y Antoñete sobre una gran actuación de Ferrera en Badajoz en la que cambió el concepto que tenían de él. De las mil versiones que hemos visto de Ferrera la de esta mañana fue la más ortodoxa, la más centrada, la más profesional.

El párrafo anterior lo escribí justo antes de que Ferrera se subiera al caballo para picar al sexto, al que le hizo una avería buena con la puyita. Lo banderilleó junto a miembros de su cuadrilla. Resultó el más desrazado de la mañana. Lo toreó en los terrenos de chiqueros y lo enceló con recursos de veterano.

No hubo forma de meter en los corrales al cuarto, que se partió un pitón desde la cepa y que lo perdió en su único encuentro con el peto. Álvaro de la Calle se hizo cargo del toro después de más de media hora de intentos fallidos por que entrase. Con verticalidad y dignidad lo toreó por ambas manos antes de estoquearlo al segundo intento.

RESEÑA

Domingo, 6 de marzo de 2022. Plaza de toros de Olivenza (Badajoz). Cuarta de feria. Toros de Victorino Martín, muy bien presentados, cinqueños y de buen juego en general. Extraordinario el 5º, al que se le concedió el indulto.

Antonio Ferrera, de blanco y oro. En solitario: Estocada corta (oreja). Pinchazo, media estocada y un descabello. Aviso (silencio). Pinchazo y estocada contraria (oreja). Estocada desprendida (oreja). Indulto (dos orejas y rabo simbólicos). En el sexto, media estocada y descabello (palmas). Salió a hombros de su cuadrilla.

Incidencias: Tres cuartos de entrada. Antonio Ferrera conmemoró su 25 aniversario como matador de toros (alternativa en Olivenza el 2 de marzo de 1997). Saludó tras parear al segundo Antonio Joao Ferreira y tras picar al quinto José María González.

Triunfa el empaque de Manzanares en el cierre de Olivenza

El alicantino desoreja al quinto, el mejor toro de Núñez del Cuvillo; Roca Rey se entrega y Morante torea muy despacio

 

Llegando a la plaza de Olivenza recordaba la primera vez que pisé sus tendidos. Fue hace diez años en la emotiva reaparición de Juan José Padilla. Me recordó la riada de gentes por sus calles, la soleada tarde y el cartel: Morante y Manzanares con Cuvillos. La década de diferencia trajo la retirada del pirata curtido en mil batallas y la llegada al toreo de un fenómeno peruano llamado Roca Rey.

El quinto resultó el mejor toro del encierro de Núñez del Cuvillo. Definido desde salida. José María Manzanares, que perdió el capote en el primer derrote, lo toreó a placer después meciendo las telas con suavidad hasta abrochar con la media. Rompió el toro en la brega de Duarte. Manzanares lo empujó al principio para enroscárselo después. Le dejó la muleta por delante y le fue exigiendo por abajo. El toro se creció a la exigencia, con buen ritmo y humillación. Muy noble, agradecido al buen trato de Manzanares que sacó a relucir su versión más asentada. Tuvo detalles muy toreros y un punto de reunión rescatado de su mejor época. La fea estocada no ensombreció la euforia: dos orejas. Lo intentó sin éxito con el desrazado segundo con el que anduvo aseado y medido. Lo mató de una soberbia estocada al encuentro.

Manejó tiempos y formas para marcar las diferencias. Al anovillado tercero lo recibió a pues juntos. No le importó el frenazo ni el topetazo después para imponerse con la colocación. Informal en los tercios, Antonio Chacón saludó después de exponer muchísimo. Empezó la faena por estatuarios, sin mover prácticamente la tela. Muy asentado desde la primera tanda sobre la mano derecha. Al natural el viaje del toro se diluía en sucios cabezazos. Por el derecho también soltaba la cara pero Roca Rey lo enganchó con suavidad y lo fue atemperando. Una vez podido hizo amago de rajarse. Lo sacó de nuevo a los medios para empujarlo con compromiso por los dos pitones, en un remate por bajo le prendió con violencia. Se zafó rodando por el albero pero el toro volvió a hacer por él. Una vez recuperada la vertical y el susto generalizado, estremeció a los tendidos con circulares en cercanías. Desplegó todo su poder y garra de figura a sabiendas que este año se habla de otros toreros que están en la ‘pole position’, terreno que debe recuperar a base de aldabonazos como el de esta tarde.

El quite que le hizo al sexto fue sencillamente espectacular: chicuelinas, tafalleras, gaoneras y una brionesa. Largo y de gran exposición. Roca brindó al público para imponerse al toro que tuvo más movimiento que clase. Faena de imponerse, de estar por encima de las circunstancias, de no perder el ánimo pese a los hachazos constantes. Muy por encima en todo momento, sin contagiarse de la violencia que tuvo el toro. Una vez que lo pudo, ya en su terreno, el toro tiró la toalla. Se rajó. Con la espada, que no lo vio nada claro, perdió la posibilidad de triunfo.

Morante, que abrevió acertadamente con un primero probón y desclasado, estuvo muy dispuesto con el cuarto. Buena sensación con el capote, especialmente en las chicuelinas al paso para llevarlo hacia el caballo. Brindó la faena al público. Se dobló muy en torero en el inicio para después ligar en redondo, sin crispar nada el cuerpo. Cuando el toro empezó a aburrirse a media altura le cambió los terrenos para torear con la zurda con enorme naturalidad y temple. Una exquisita faena que remató con una estocada algo desprendida que llegó tras un pinchazo. Oreja indiscutible.

 

RESEÑA

Domingo, 6 de marzo de 2022. Plaza de toros de Olivenza (Badajoz). Quinta de feria. Toros de Joaquín Núñez, de baja presentación -algunos de ellos anovillados- y de manejable juego pero de contada casta a excepción del 5°.

Morante de la Puebla, de otro viejo y oro. Estocada habilidosa (saludos). En el cuarto, pinchazo y estocada (oreja). José María Manzanares, de azul noche y oro. Gran estocada (saludos tras leve petición). En el quinto, media estocada perpendicular y un descabello (2 orejas). Roca Rey, de nazareno y azabache. Estocada trasera y ladeada y dos descabellos. Aviso (oreja). En el sexto, dos pinchazos, estocada que hizo guardia y un dedcabello. Aviso (palmas).

Incidencias: Se colgó el «Lleno de no hay billetes». Saludaron tras parear Antonio Chacón y Mambrú.